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Mostrando entradas de diciembre 13, 2009

Pasaron las grullas...

"Se necesitan verdades acerbas, medicamentos amargos…” (Mijaíl Lermontov, poeta ruso, 1814-1841) Napoleón sospechaba que “algo más” acompañaba al soldado ruso en el combate. Una especie de “doble” irreductible, un alma imposible de vencer. Lo mismo habrán pensado las numerosas divisiones del ejército nazi que sucumbieron sin haber logrado quebrantar la resistencia de las tropas soviéticas y del pueblo de Stalingrado en la cruentísima batalla que decidió el curso de la historia y el destino de la humanidad. Precisamente, la Gran Guerra Patria, como la siguen recordando en Rusia, no solamente ha dejado una huella imborrable en la memoria de esa nación, sino que también ha contribuido a alimentar el mito y la leyenda de eso que llaman el “alma rusa”. Difícil de explicar, el nervio principal del alma rusa posee un aspecto relacionado directamente con la tristeza como tránsito de expiación y fortalecimiento del espíritu. “¡Ay, Dios mío! ¡Qué triste es nuestra Rusia!”, se