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Mostrando entradas de 2010

EL ULTIMO

Si es que finalmente hay que creer todo lo que publican los diarios, entonces es verdad que el pasado 31 de mayo murió Rubén Juárez. Uno quiere pensar que es otra mentira de la prensa amarilla, otra broma de mal gusto de algún cronista inescrupuloso. Pero no, era cierto nomás. He intentado en estos días una y otra vez iniciar algo parecido a una nota o a una catarsis, y con sinceridad espero, que la congoja y el desconsuelo no me impidan ahora sí, concluir esto que por lo menos, aspira a ser un humilde homenaje disfrazado de texto. Talentos como el del Negro no admiten medias tintas o consideraciones tibias y no podré ser objetivo, por supuesto. Hasta sospecho que seré injusto. Pero la sensación que tengo es que su partida ha clausurado una compuerta que el tango no podrá volver a abrir. Para usar una metáfora boxística muy fatigada pero muy afín a los porteños, siento que la Muerte puso al tango de knock-out. Esa es mi sensación. Se ha ido el último. Se ha ido aquel que e

AEDOS

AEDOS Se me ocurre una tonta paradója: en griego el vocablo aoidos no es sinónimo de órgano auditivo. Aoidos en griego significa cantor. De allí deriva el término aedo. ¿Y qué es un aedo?. En la antigua Hélade , un aedo era un poeta que componía y cantaba sus propios versos acompañado por un pequeño instrumento de cuerdas. Por ejemplo, Homero fue un aedo que compuso y cantó allá por el siglo IX antes de nuestra era unos poemas épicos que hasta el presente son considerados dos monumentos de la literatura universal: La Illíada y La Odisea. Los aedos recogían lo mejor de las tradiciones orales de sus pueblos para luego transformarlas en sustancia escrita o cantada. No cabe duda de que la actividad de los aedos se convirtió en un factor de gran importancia en la construcción de la identidad cultural de aquellos pueblos de la antigüedad. Un aedo nacido en esta tierra, Héctor Chavero , salió hace mucho a transitar el país de adentro, a escuchar las voces de la gente para tam